La experiencia que vamos obteniendo a través del caminar en nuestras vidas nos va cambiando, y nos percatamos cuando al fin podemos tener la seguridad de asumir que somos absolutamente diferentes a lo que fuimos. Sin duda, cuanto hemos cambiado y seguiremos cambiando… mañana nos convertiremos en mujeres muy distintas a lo que somos hoy.
CADA PASO, CADA SUEÑO CUMPLIDO, cada nueva meta, cada experiencia que sacude nuestro ser, nos cambia. Muchas veces hago el ejercicio de mirar atrás, recordando mis antiguas actitudes ante las situaciones, mis berrinches de niña y mi muy original, pero creativo (según yo) estilo de vestir.
Miro atrás y me doy cuenta de cuánto he cambiado, y me sorprende ver además como todo a mi alrededor cambia, desde un edificio que ahora se luce imponente en el espacio que ocupaba una bonita casa de madera, hasta mis amigas, quienes radicalmente han evolucionado convirtiéndose en mujeres de éxito que han elegido por sí mismas el camino a recorrer. Cuanto hemos cambiado, hoy; aunque muchos no lo crean soy más calmada que ayer, ya no me tomo las complicaciones tan a pecho, y mi nueva filosofía de vida se apunta a entrar en contacto con el universo, en vez de nadar contra la corriente.
EL CAMBIO HA SIDO DRASTICO, a mis 17 años debía pedir permiso con una semana de antelación para ir a una fiesta del colegio. Estos intentos se repetían y muchas veces resultaban frustrados, lo que resultaba en lágrimas de cocodrilo y un ¨truño¨ de varios días. Hoy, sin embargo, tengo absoluta independencia y control de mis salidas; sin embargo, desearía estar más tiempo en casa leyendo, escuchando música o mirando una película. Esto particularmente me sorprende y me digo: Caramba! Cómo he cambiado!
De mis amigas puedo decir que la mayoría de ellas se han liberado de las ataduras de sus padres (que envidia!!!), han corregido defectos de fábrica, se han convertido en madres ejemplares y en chicas absolutamente preciosas. Antes eran colegialas traviesas o universitarias soñadoras, hoy son flores que se lucen resplandecientes en este nuevo jardín de nuestras vidas, que al convertirnos en adultas hemos comenzado a caminar. Antes teníamos sueños pero no sabíamos por dónde comenzar, hoy hemos cambiado, ya estamos logrando algunos y tenemos otros nuevos que exigen más de nosotras. Hemos cambiado mucho, sin dudas. De repente alguien en quien confiabas ciegamente se convierte para ti en un espectro, en una imagen irreconocible, y de pronto esas carcajadas que compartías se tornan en un episodio aburrido. Cada año representa evolución, cambios van, cambios vienen.
UNAS VECES LOS APROVECHAMOS, otras, los convertimos en un auténtico desperdicio. El reto es mantenernos centradas para comprender cuándo hay ante nuestros ojos una gran oportunidad, saber comprender cuándo el viento sopla anunciando cosas diferentes, nuevos ambientes, nuevos amigos, nuevas pruebas, nuevo look, un nuevo caminar. El reto es no perdernos sin posibilidad de encontrarnos entre tantos cambios y seguir sonriendo a la vida en la forma de mujeres realizadas, bellas y espectaculares, sin olvidar a la niña que en clases ¨había que sacarle las palabras de los labios¨, la que se resistía a ser peinada por su mamá, que disfrutaba leer con un foco en la oscuridad y creaba en su habitación un universo mágico, increíble, propio y, sobre todo, abierto a los cambios que estamos viviendo hoy.
CAMBIA, EVOLUCIONA, SIN OLVIDAR de dónde vienes y el camino que dejaste tras de ti, esta es quizás la manera más segura de mantener los pies sobre la tierra. Feliz resto de semana!