martes, 8 de septiembre de 2009

Amar sin Esperar

Como humanos que somos, siempre esperamos alguna recompensa por nuestros favores, por nuestros servicios, inclusive hasta por nuestra amistad… Y es ahí donde se tiene que dar a conocer el verdadero discípulo de Cristo, que dio su vida por todos a cambio de nada. Sólo el amor de Dios es la recompensa cabal para el servicio desinteresado del servidor de Jesús; tú que eres ese discípulo, que quieres llegar a serlo de manera perfecta, debes proponerte esta meta. Pero desgraciadamente, vivimos en un mundo materialista. Hoy sólo se aprecia lo que devuelve algún beneficio, algún ingreso, algún aumento de bienes y se procura lo que de algún modo nos puede ser de utilidad material.

Con el ejemplo del Evangelio Según San Lucas 14,12-14, Jesús nos quiere decir que aquéllos a quiénes invitamos, convidamos y amamos, de ellos ya recibiremos nuestra paga, pues nos invitarán, nos convidarán y nos amarán a cambio. Pero los pobres, aquéllos que nada tienen, los inválidos, los desposeídos, esos no tienen nada que darnos a cambio… A ésos debemos atender y amar desinteresadamente. Es un evangelio muy profundo y con una enseñanza que da mucho que pensar.

Pidamos al Señor que nos haga ver cómo debemos actuar con total desprendimiento, como si estuviéramos sirviéndolo a él mismo.

Señor Jesús, concédeme un corazón desinteresado para que pueda atender y socorrer a aquellos que no tienen nada y que nada tienen que devolverme a cambio. Amén.


No hay comentarios:

Publicar un comentario